La mañana de este jueves 8 de abril de 2021, Karen Garita, psicóloga clínica de Fundación Mujer & Mujer intervino en el tercer segmento de la Mesa Regional de América Latina del Foro de la Juventud del Consejo Económico y Social (ECOSOC) impulsado por Naciones Unidas con la temática “Recuperación sostenible y resiliente de la pandemia COVID-19, que promueve las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible: Construyendo un camino inclusivo y efectivo para el logro de la Agenda 2030 en el contexto de la década de acción y ejecución para el desarrollo sostenible ”
El Foro proporciona una plataforma global para dialogar entre los Estados Miembros y lxs líderes jóvenes de todo el mundo sobre las soluciones a los desafíos que afectan el bienestar de lxs jóvenes. También sirve como un espacio único para que lxs jóvenes compartan su visión y acciones, así como para proporcionar perspectivas a lxs jóvenes sobre la implementación de la Agenda 2030 y los ODS.
Y como las mujeres lebianas tenemos mucho para decir por nuestros derechos y los de lxs niñxs, adolescentess y jóvenes, aquí les compartimo la respuesta de Karen a la pregunta:
¿Cuáles son las recomendaciones que los Estados miembros deben seguir para atender la salud y bienestar, alcanzando el hambre cero,especialmente durante el proceso de reconstrucción durante la pandemia y el logro de los ODS?
<<Con referencia a la categoría de personas correspondiente a los ODS 2 y 3 Hambre Cero y Salud y Bienestar respectivamente, las juventudes de América Latina y El Caribe recomendamos a las Estados miembros:
Reconocer y fomentar el trabajo organizativo y comunitario que florece en todas la región como un pilar fundamental en la reconstrucción de sociedades más incluyentes y democráticas durante la crisis sanitaria.
Hacemos un llamado a los tomadores de decisiones para que fomenten una agencia sistémica que incluya el cuidado y la acción participativa de niñas, niños y adolescentes en toda su diversidad dentro de sus comunidades para lograr grandes transformaciones. Esto se traduce en la demanda de mejoras en las infraestructuras que atienden las necesidades de esta población en el sistema educativo, de salud, y de justicia a través de un enfoque intergeneracional, de género y DDHH que mejore las condiciones de acceso en igualdad, promueva la calidad educativa y fomente herramientas que permitan la identificación y prevención de situaciones de riesgo para vivir vidas saludables y libres de violencia.
En este sentido, recordamos a los Estados miembros que el respeto a la existencia de familias diversas que no se acogen a la idea tradicional de familia representará un avance importante en materia de derechos para las juventudes. Así mismo, solicitamos que los discursos de odio, discriminación y violencia hacia los grupos más vulnerables como son migrantes, personas con discapacidades o diversidad funcionales, población LGBTI, afrodescendientes, las juventudes que habitan las periferias de las grandes ciudades, entre muchas otras y que, en muchos casos no cuentan con el amparo de un núcleo familiar sean sancionados y erradicados en pro de una mayor sensibilización y consciencia de nuestra humanidad.
De esta forma, instamos a los Estados miembros a no bajar la guardia en los esfuerzos para construir una educación sexual integral que considere a las juventudes con diversidades sexo-genéricas, que brinde información pertinente y oportuna para el ejercicio libre y responsable de su sexualidad, ya que el temor a la discriminación y el escaso acceso a preservativos y métodos protección sexual constituyen algunos de los factores que ponen en riesgo su salud.
Finalmente, consideramos que la promoción y garantía de la salud nutricional y mental es un eje central en la vida de niñas, niños y adolescentes que requiere del fortalecimiento de plataformas y espacios seguros, incluyentes y libres de violencia para el encuentro y la realización de las actividades colectivas que procuren el desarrollo y bienestar integral de todas las personas que forman parte de sus comunidades, pero sobre todo, de las infancias y juventudes que se ven afectadas por políticas económicas y sociales que no les consideran y que son la base para construir un mejor futuro.>>
Karen Garita, Fundación Mujer & Mujer